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La tolerancia



TOLERANCIA



Tolerancia social

La tolerancia social es la capacidad de aceptación de una persona que no eres capaz de soportar o de un grupo ante lo que no es similar a sus valores es o las normas establecidas por la sociedad.



Lo que la tolerancia no es

Tolerancia no es hacer concesiones, pero tampoco es indiferencia. Para ser tolerante es necesario conocer al otro. Es el respeto mutuo mediante el entendimiento mutuo. Según ciertas teorías el miedo y la ignorancia son las raíces que causan la intolerancia y sus patrones pueden imprimirse en la psique humana desde muy temprana edad.

Por ello, se podría decir que la tolerancia es el respeto mutuo, incluso, cuando el entendimiento mutuo no existe.

A menudo se tiende a asimilar la tolerancia a unas nociones, que aunque cercanas en algunos puntos, se revelan fundamentalmente diferentes.

La tolerancia se ejerce cuando un individuo tiene la autoridad o el poder de prohibir o suspender una acción que considere indeseable o molesta y no lo hace, sino que deja actuar.




La indiferencia

La indiferencia es no sentir ni placer, ni dolor, frente a lo que se percibe. No es en absoluto necesaria la tolerancia frente a cosas por las cuales no se siente emoción alguna. Por ejemplo, una persona para quien las cuestiones religiosas no son una preocupación, no puede ser calificada de tolerante en materia religiosa.




La indulgencia

La indulgencia va más allá de la tolerancia, pues es una disposición a la bondad, a la clemencia, una facilidad de perdonar, mientras que la tolerancia puede ser condescendiente. La indulgencia es la capacidad que tiene el individuo de pasar por alto una acción que considera es nociva.




El respeto

El respeto supone que se comprenda y comparta los valores de una persona o de una idea cuya autoridad o valor actúa sobre nosotros. A través del respeto, juzgamos favorablemente algo o a alguien; por el contrario, a través de la tolerancia, intentamos soportar algo o alguien independientemente del juicio que le asignamos: podemos odiar aquello que toleramos. Además para poder respetar a los demás, tiene que primero respetarse uno mismo.



Tolerancia e ideal

Se considera generalmente la tolerancia como una virtud, pues tiende a evitar los conflictos. Así de uno mismo.", Ejercicio de felicidad, Albert Memmi

"El espíritu de tolerancia es el arte de ser feliz en compañía de otros.", Los puntos sobre las íes", Pauline Vaillancourt lo que incluye una virtud del sentido del mundo antiguo




Tolerancia y reprobación

Sin embargo, se considera generalmente que no hay tolerancia sin agresión, es decir que sólo se puede ser tolerante frente aquello que nos molesta (es decir con lo que no se está de acuerdo) pero que se acepta por respeto al individuo (el humanismo) o para la defensa de un ideal de libertad (el liberalismo).

La tolerancia por respeto al individuo se podría formular como:

"No estoy de acuerdo contigo, pero te dejo que lo hagas por respeto a las diferencias"

La tolerancia para la defensa de un ideal de libertad, está perfectamente ilustrada por una célebre citación atribuida de manera apócrifa a Voltaire:

"No estoy de acuerdo con lo que me dices, pero lucharé hasta el final para que puedas decirlo".

La tolerancia es sea una elección dictada por una convicción, sea una elección condescendiente. En todos los casos, para que haya tolerancia, debe haber elección deliberada. Sólo se puede ser tolerante con aquello que uno puede intentar impedir. La aceptación bajo constricción es la sumisión.

Desde los años 1950, la tolerancia se define generalmente como un estado mental de apertura hacia el otro. Se trata de admitir maneras de pensar y actuar diferentes de aquéllas que uno mismo tiene.

Es tanto más difícil comprender un comportamiento (y eventualmente aceptarlo) cuanto que uno no conoce los orígenes del mismo. Por ello la educación se considera a menudo un vector de tolerancia.

Así Helen Keller decía "El mejor alcance de la educación es la tolerancia."




Tolerancia civil

Puesto que las mentalidades - en algunos sujetos - evolucionan más rápido que las leyes, existe un desfase entre la moral social (la de un grupo legítimo) y las leyes cívicas. Así, algunas disposiciones de la ley pueden, en un momento dado, ser reconocidas como inadaptadas y, por eso, no ser aplicadas más que parcialmente o nada en absoluto, por falta de medios.

Se puede citar como ejemplo:

* las casas de tolerancia, establecimientos de prostitución antaño reglamentadas por la ley francesa y después prohibidas en 1920, en nombre de una mutación de la concepción del papel de las mujeres en la sociedad y del rearmamento moral que siguió a la victoria de 1918. No se trata pues de tolerancia sino de imposición de una nueva norma.
* más cerca de nosotros, la no aplicación de las leyes sobre consumo de drogas consideradas con o sin razón "blandas", lo que es soportar lo que no se puede controlar.

Las modalidades de aplicación de la ley que deberían depender de los decretos que las promulgan, dependen de hecho a menudo de la disponibilidad del poder de hacer que se apliquen. Por ejemplo, los decretos Jean Zay (1936) prevén la prohibición de llevar signos religiosos y políticos en las escuelas francesas, sin embargo, la no aplicación de esos decretos ha conducido a someter una nueva ley sobre el mismo tema en 2004.

Así Georges Clémenceau decía en Au soir de la pensée, "Toda tolerancia se convierte a la larga en un derecho adquirido."




La tolerancia según Locke

Históricamente, la primera noción de tolerancia es la defendida por John Locke en su Carta sobre la tolerancia, que es definida por la fórmula "dejad de combatir lo que no se puede cambiar".

Desde un punto de vista social, se trata de soportar aquello que es contrario a la moral (o a la ética) del grupo puesta como un absoluto. Se trata principalmente de reacción frente a un comportamiento que se juzga malo, pero que se acepta porque no se puede hacer otra cosa. Es pues a partir de una glorificación del sufrimiento que se establece una concepción ética de la tolerancia.

El respeto al individuo y a sus ideas interviene solamente a partir del momento en que no se puede convocar el poder público contra su manera de actuar y este respeto no aparece globalmente hasta a partir de 1948 y de la declaración universal de los derechos humanos.

En este marco, la tolerancia no es un valor individual, sino un dinamismo que evoluciona entre la recepción de la regla y la aptitud del poder para hacer que se respete la misma.

Esta noción de tolerancia depende pues de la manera en que el poder concibe su relación con la verdad y de los medios que está dispuesto a invertir para hacer valer esta concepción.


3 comentarios

vanessa -

es muy bueno estoy con wanda

wanda -

es muy linda esta pagina felisitasiones¡¡al autor

mery -

Mencanto es muy buen ainformacion.